Banco. De plaza, no de usura.
Un aleteo infinito de gaviotas que revolotean el lugar jugando con el agua, o procurándose alimento.
Suspiros certeros al oído.
Labios que se sumen en un beso tierno que parece durar por siempre.
Y de fondo se escucha Diecinueve de Maga. ¿En la imaginación? ¿O en el aire? Ambas.