El libro habla sobre las naciones españolas y sus costumbres. Me hace gracia leer el capítulo catalán, a ver en qué coincide con mi perspectiva de este pueblo. Narra historias de exiliados catalanes en las gemelas Buenos Aires y Montevideo, y me pone la piel de gallina.

Cuenta que la Font de Canaletes tiene sus hermanas en la Plaza Catalunya de Buenos Aires y en la explanada de la Intendencia de Montevideo. La edición ha de ser vieja, pues el autor desconoce que esta última ha sido trasladada a la zona del Mercado del Puerto, frente a la marisquería El Peregrino.

Resulta extraño que a pesar de vivir en Buenos Aires haya visto más veces las fuentes barcelonesa y la montevideana. Al final de cuentas uno es extraño en su propia ciudad. Suelen conocerse mejor las ciudades en las que uno pasa períodos acotados de tiempo que en la que ha vivido toda una vida.

               

Artículos más recientes